lunes, 23 de mayo de 2016

RESEÑA HISTÓRICA

En los tiempos de Rivadavia se repartieron en enfiteusis, entre un puñado de amigos del poder, casi medio millón de hectáreas comprendidas entre los arroyos Las Flores y Saladillo, que hoy forman el Partido de Saladillo y parte de los partidos de Roque Pérez y General Alvear. En la zona de lo que hoy es Álvarez de Toledo, aparecían como propietarios los señores Capdevilla, Muñóz y Frías, y sobre la margen del arroyo Las Flores, el Dr. Andrés Dick, un inglés amigo personal de Rosas. Ninguno de estos enfiteutas fueron pobladores permanentes de la región, sino que seguían viviendo en Buenos Aires y ocasionalmente en Europa. En sus campos vivían mayordomos y peones con sus familias, que cuidaban de la hacienda y corrían el riesgo del ataque de los Pueblos Originarios que se resistían a perder sus tierras. Dick, adquirió finalmente la totalidad de las tierras de esta zona y fundó la estancia “Tres Bonetes”, cuya casa principal estaba en cercanías del arroyo Las Flores. Con posterioridad a la caída de Rosas, don Federico Álvarez de Toledo, en sociedad con los señores Galíndez y Atucha, compran la estancia “Tres Bonetes” y se dedican a la explotación ganadera. A raíz de un malón que se lleva cautivas a la hija, la esposa y la suegra de Galíndez, este se retira de la sociedad y “Tres Bonetes” queda en manos de los señores Toledo y Atucha. En 1863, es fundado el pueblo de Saladillo y don Federico Álvarez de Toledo es un miembro activo (además el más joven) de la Comisión Fundadora. Apenas siete años después, en el censo realizado por José Antonio Rossi, encontramos que Toledo y Atucha tienen en “Tres Bonetes” 63.388 cabezas de ganado. Es de suponer que para el cuidado de esta hacienda, contaban con numerosos peones, los cuales vivirían en la estancia con sus mujeres e hijos. Pero además, la extensa propiedad estaba arrendada a pequeños productores, que también la poblaban con sus familias, sus peones y las familias de estos. Entre estos arrendatarios rescatamos del libro de Rossi los siguientes nombres: Blas Aristimuño, José Villaverde, José Gómez, Santiago Cartier, Lino Cortéz, Santiago Gómez, Domingo Fernández, Pedro Illescas, Cruz Chavero, Francisco Acosta, Venancio Gómez, Manuel Gante, José María Páez, Benjamín González, Pedro Elichiri, Sinforosa Casas, Martín Gattiga, Pedro Gattiga, Eduardo Rock, Máximo López, Enrique Nollert, Juana Barrancos, Luis Torre, Pedro Vera, Alejandro Posadas, Luciano Fernández, Guillermo Irigoyen, Gabriela de Torres, Santiago García y Celedonia B de López. Posteriormente, Atucha también se retira de la sociedad y don Federico Álvarez de Toledo decide el traslado de la casa principal de la estancia a un punto más cercano al pueblo de Saladillo. Es así, como en 1894 inaugura la “María Antonieta”, nombre que le coloca en homenaje a su esposa María Antonieta Faix. Son estos los tiempos de la gran inmigración y en la zona de Álvarez de Toledo se radican muchos irlandeses, experimentados criadores de ovejas. Los apellidos Hogan, Lambert, Laffan, Fagan, Hanlon, Scaly, Keegan, Killan, Higgin, Green, Holze, Ebert, Corry, Comion, Comarck, Leaden, Kenny, Richardson, Brenan, Killiam, Tompson, Flyn, Kellym Mac-Loglin, y Gilligan, entre otros, aparecen en el partido de Saladillo y principalmente en la zona de Álvarez de Toledo. El paso del Ferrocarril Provincial en 1912, trajo nuevas posibilidades de progreso. El trazado pasaba por un extremo de “María Antonieta” y allí se estableció un desvío de vías y se construyó una casilla de madera. Desde entonces el punto fue conocido como Desvío Toledo. El ferrocarril fue generador de pueblos en todo el país y en Desvío Toledo ocurrió lo mismo. El 21 de mayo de 1916, la firma martillera de Elizalde y Cía., anunciaba la venta de chacras en Desvío Toledo para “fundar un pueblo”. Cuatro años más tarde, éste ya era una realidad y contaba con escuela, comisaría, plaza, el predio para una capilla y el propósito de construir una estación ferroviaria. Para ayudar a su adelanto, el Intendente Alejandro Armendáriz formó una comisión de fomento, compuesta por los señores Ercilio Améndola, Rigobert Giordani, Alberto Bergeal, Enrique Carrano y Nicomedes Galdeano. El primer y vital asunto fue solicitar al municipio de Saladillo que gestionara ante el gobierno de la provincia, la construcción de una estación ferroviaria y sus galpones para cereales. El 4 de febrero de 1922 se funda el Club Atlético Álvarez de Toledo. El 8 de enero de 1924 se nombra delegado municipal a don Enrique Carrano. Ante la insistencia de los diputados Alejandro Armendáriz y del Dr. Francisco Emparanza en 1926, a fines de noviembre, llega a Toledo el ingeniero Enrique Boatti, Ministro de Obras Públicas, acompañado por el ingeniero agrónomo Delio Demaría Massey. El 31 de octubre de 1929, la estación con sus galpones queda librada al servicio público. En 1961, debido a la aplicación del nefasto “Plan Larkín”, el Ferrocarril deja de circular y a principios de la década de 1970 sus vías son levantadas, quedando Álvarez de Toledo comunicado con Saladillo solo por un camino de tierra. En 1989 se inauguró el tramo de la ruta 215 que permite acceder por asfalto a esta localidad. En 2012 se comenzó la obra para dotar a Toledo de agua corriente. En julio de 2013 se inauguró la obra de agua corriente.- Los días 20, 21 y 22 de mayo de 2016 Álvarez de Toledo festejó su Centenario!!!

domingo, 16 de diciembre de 2012